¿Estilos de personalidad?
La búsqueda del ser humano para comprender las diferencias en el comportamiento tiene raíces muy antiguas.
A lo largo de la Historia, desde la filosofía griega con Hipócrates y su teoría de los Humores (SV aC.) hasta nuestros tiempos con el desarrollo de la psicología, diversos autores han intentado clasificar y explicar los estilos de personalidad.
Entre los modelos actuales más conocidos se encuentran el Indicador de Myers-Briggs (MBTI), el Eneagrama o el Método DISC.
A lo largo de tu vida, es posible que hayas completado algún tipo de evaluación de tu estilo de comunicación, estilo de personalidad o de comportamiento.
Cada uno de ellos aporta una perspectiva sobre cómo las distintas personas perciben el mundo, toman decisiones y responden a los retos.
En cada caso se nos asigna un número, un color, una letra o un nombre que implica unos rasgos de personalidad diferenciadores que definen nuestro “estilo”.
Como persona curiosa en todo lo que se refiere al comportamiento humano, a lo largo de los años me he acercado a estudiar distintos modelos: el Modelo DISC, el Eneagrama, el Test de fortaleza de Gallup, los 9 Roles de equipo de Belbin, los 6 perfiles del Análisis Transaccional… Como formadora y como usuaria directa he reflexionado acerca de sus ventajas y peligros.
Para adentrarnos en el tema, te cuento un poco sobre algunos de estos Modelos.
El Método DISC está muy extendido en el mundo de la empresa. Se basa en 4 perfiles representados por 4 colores y 4 letras:
- D-rojo (Directo)
- I- amarillo (Influyente)
- S- verde (Seguro/Estable)
- C- azul (Cumplidor/Concienzudo)
Estas cuatro tipologías se establecen en relación con dos ejes: la orientación del individuo a las personas o a las tareas y según tengan un ritmo rápido o lento (más activos o reflexivos).
Es un modelo intuitivo y que se puede aprender relativamente rápido, por lo que resulta práctico en el entorno profesional.
Si tu jefe/a o cliente es Rojo, ve al grano, céntrate en los beneficios, no des vueltas.
Si tu jefe/a o tu cliente es Amarillo, reconócele, no le interrumpas y no te muestres frío.
Si tu jefe/a o tu cliente es Azul, no descuides los detalles, sé preciso y ordenado.
Si tu jefe/a o tu cliente es Verde, escucha, sé amable y no seas brusco.
En el libro “Ponte en modo DISC” de mi amiga Marta Freire puedes aprender mucho más sobre este modelo.

El Eneagrama es un sistema con raíces muy antiguas en el campo espiritual y filosófico que establece 9 tipologías de personalidad o eneatipos, que se identifican con los números del 1 al 9.
Sus orígenes se remontan al sufismo, a la Escuela de Pitágoras, la relación de los números y la armonía del Universo, y a ciertas enseñanzas del misticismo cristiano.
Tras diversas aportaciones anteriores, el psiquiatra chileno Claudio Naranjo lo integró en la psicología moderna en la década de 1970 y últimamente ha ganado mucha popularidad con su difusión en redes sociales, mostrándonos que la sociedad se interesa cada vez más por la psicología y el crecimiento personal.
Un divulgador que recientemente ha acercado el conocimiento del Eneagrama al gran público en nuestro país es Borja Vilaseca.
Esta interesante a la par que compleja herramienta presenta sus 9 perfiles o tipos, con tres subtipos cada uno, a los que hay que sumar las 2 posibles alas (los rasgos de los eneatipos contiguos que puede adoptar también cada uno).
Profundizar en este modelo brinda la oportunidad de conocer al ser humano en profundidad, con sus heridas, miedos y debilidades y también con sus oportunidades de crecer y aportar sus dones al mundo.
En mi opinión, el Eneagrama aporta unas gafas muy potentes para conocer a las personas, pero requiere tiempo poder comprender y reconocer los matices de los subtipos.
Mi modelo favorito (también al que más tiempo he dedicado) es el de los 6 Perfiles de personalidad del Análisis Transaccional, que se explica magistralmente en la Escuela de Álex Rovira.
Los seis perfiles que plantea son Empático, Metódico, Líder, Rebelde-Creativo, Perseverante y Soñador.
Este modelo se basa en la teoría del Análisis Transaccional de Eric Berne y en las tres esferas complementarias de la persona: Estado del Yo Padre, Yo Adulto y Yo Niño.
Otros Modelos como los 9 Roles de Belbin se aplican específicamente a identificar perfiles profesionales y el talento que aportan en los equipos de trabajo, y son utilizados a menudo en procesos de selección.
Conocer los 9 Roles, con sus fortalezas y puntos débiles a la hora de contribuir al trabajo en equipo, nos permite entender que todos ellos son necesarios a lo largo de las distintas fases de los proyectos y que la clave del éxito de los equipos está en la complementariedad.
Pero centrémonos en el título del post: qué ventajas y peligros aportan estos modelos.

¿Qué aportan estos Modelos?
En primer lugar, nos ayudan a identificar patrones de comportamiento y a reflexionar sobre nosotros/as mismos/as.
Pero no se quedan ahí, también nos permiten comunicarnos mejor con los demás e influir de manera más efectiva en ellos.
Ventajas en relación con conocerte a ti misma/o
- Nos ayudan a reconocer nuestras fortalezas.
Ser conscientes de las fortalezas de nuestro perfil nos permite aprovechar mejor estos talentos naturales, pudiendo aportar más valor y obtener resultados con menos esfuerzo.
Por ejemplo, si como perfil Azul, o Metódico en los perfiles del AT, me doy cuenta de mi tendencia al orden y la estructuración de los procesos, podré aportar este valor más conscientemente en los momentos en que sea útil en los grupos en los que participo.
Por desgracia, muy a menudo hemos aprendido a ignorar nuestros talentos o incluso a percibirlos de forma crítica. Conocer los perfiles nos da pie a reconocernos.
2. Nos permiten ver debilidades y puntos ciegos.
Cada estilo o tipo implica cualidades y también algunas debilidades. Conocer nuestro perfil ayuda a identificar puntos ciegos, cosas de las que no somos conscientes y que a menudo los demás sí ven más fácilmente, como nuestros desafíos de comunicación.
A menudo, las debilidades tienen que ver con el hecho de abusar de nuestras fortalezas
Cuando abusamos de las fortalezas, llegan a convertirse en debilidades y entramos en el lado oscuro de ese perfil o tipología.
Como por ejemplo, cuando una persona con perfil Metódico o Azul (o el 1 del Eneagrama) lleva el análisis y el perfeccionismo al extremo y le genera una exigencia excesiva y una insatisfacción permanente.
O cuando el perfil Empático (o el 2 del Eneagrama) lleva al extremo su bondad y voluntad de agradar, llega a ponerse de alfombra ante los demás, se olvida de poner límites o se dirige a “salvar” a todo el que se cruza en su camino (incluso perjudicándose a sí mismo/a).
O en el caso de los perfiles de alta acción y energía como el Líder-Promotor (el Rojo del Método DISC) tienden a ser impositivos y agresivos en estrés. Ser conscientes les coloca un paso más cerca de poder cambiarlo.
Como dice mi querido maestro Álex Rovira, recogiendo las palabras de Paracelso: “El veneno está en la dosis”.
Felizmente, una vez que somos conscientes de nuestras tendencias y rasgos extremos, podemos percibir antes cuándo ocurren e ir reduciendo esas conductas que no nos benefician.
3. Facilitan algo tan crucial como aceptarnos y querernos.
Solo se puede querer lo que se conoce. Por eso, cuando comenzamos a comprender nuestro estilo (con sus fortalezas y debilidades, e incluso su origen), esto nos permite querernos y aceptarnos mejor.
Para ello, hemos de mirar con cariño y compasión nuestra estructura de personalidad, valorarnos y, desde ahí, caminar para ir mejorando en nuestros retos.
Por ejemplo, una persona puede creer que es “demasiado sensible”, “demasiado exigente” o “demasiado insensible”. Conocer su perfil le puede llevar a entenderse mejor y comenzar a valorar sus cualidades, retos y oportunidades.
Por ejemplo, un 5 del Eneagrama (o un Soñador-Meditativo del AT) , a partir de reconocerse, puede entender y aceptar su necesidad de soledad y a la vez, decidir abrirse conscientemente y cuidar más a ciertas personas que son importantes, si así lo decide.
Esto es vital, porque cuando valoramos nuestra diferencia, a menudo nos brindamos el permiso y el coraje de crear, de brillar y de aportar nuestros dones al mundo.
4. Nos permiten salir del modo piloto automático y cambiar.
Darnos cuenta de que existen otras miradas, otros estilos de comportamiento, y que el nuestro no es el óptimo en toda circunstancia, nos abre una puerta a poder cambiar.
Podemos comenzar a activar más algunos perfiles o rasgos que practicábamos menos, pero que también están en nosotros/as de forma tal vez menos visible como la creatividad, el orden, la planificación, la acción, el afecto, la perseverancia, la reflexión…
Por ejemplo, cuando trate con personas Verdes o con perfiles Empáticos o Soñadores, distintos de mi estilo preferente, sabré que será útil activar mi paciencia, respetar su tiempo, escuchar con calma y no ser brusco/a, aunque sí claro/a.
Todo avance comienza por observarse, tomar consciencia y tener voluntad de mejorar.
5. Pueden ayudar a elegir nuestro camino profesional
Tener en cuenta las fortalezas clave de nuestros perfiles preferentes, nos dará idea de las áreas en las que podemos disfrutar y sobresalir con más facilidad.
Conocernos nos permitirá en general tomar mejores decisiones en nuestra carrera profesional, aprovechando nuestro talento.
Además, igual que en un mapa es imprescindible conocer el punto de partida para poder trazar una ruta, para progresar he de saber en qué punto me encuentro.

Ventajas en cuanto a mejorar tu relación con los demás
6. Nos invita a hablar distintos lenguajes y ser capaces de conectar mejor con los demás.
Comprender los estilos preferentes de los que te rodean (sean compartidos con los nuestros o no) es muy valioso.
Te acercará a entender sus fortalezas, debilidades y forma de ver las cosas, y te permitirá comunicarte mejor e influir en ellos.
Cuando interactuemos con personas que no comparten nuestras tendencias, tendremos pautas para poder ajustar nuestro enfoque y hacernos entender mejor por ellos.
Por ejemplo, si sabemos que un perfil Rebelde tiende a la originalidad, la creatividad, la libertad y el humor, podemos aplicar estos criterios a la hora de interactuar con ese amigo, cliente o hijo que reconocemos con este perfil. Pruébalo y verás si funciona.
Si mi cliente o colaborador es un Verde del Modelo DISC o un Empático del AT se sentirá mejor si nos comunicamos con un lenguaje calmado, una sonrisa de cordialidad y pautas detalladas.
7. Nos ayuda a empatizar y valorar más a los demás, mejorando las relaciones.
El fin de conocer el estilo de los demás no es etiquetarlos, sino entender el valor que puede aportar cada persona.
En lugar de esperar que coincidan siempre con nuestro estilo, podemos ayudarles a desplegar su valor peculiar.
Al empatizar es más fácil conectar genuinamente con otra persona, sean estas tus hijos, amigos o colaboradores.
Si tu hija o hijo tiene un perfil preferente distinto al tuyo, será muy útil que seas consciente, para poder adaptarte a él o ella, a su ritmo y motivaciones (y no transmitirle frustración por tus expectativas).
Conociendo su lenguaje podrás conectar mejor y, desde ahí, aportarle los mejores recursos para avanzar.
Una actitud previa de apertura hacia las diferencias hace que reduzcamos nuestro juicio (algo difícil con lo que nos gusta a todos juzgar).
Desde esa mirada es más fácil que emerjan hábitos de comunicación positivos como la escucha, las preguntas, el diálogo y las conversaciones significativas.
8. Nos permite elegir mejor a nuestros compañeros/as de viaje
Al conocer el lenguaje de un Modelo, podemos empezar a entender con qué perfiles nos llevamos mejor o peor.
Como hemos visto, la información sobre las tipologías nos puede guiar para encontrar estrategias de comunicación adaptadas a cada uno. Pero también, llegado un punto, podremos decidir con más criterio con quiénes queremos compartir nuestro tiempo o no.

9. Eleva tu potencial de liderazgo e inspiración.
Entender a las personas permite construir relaciones más duraderas, basadas en la confianza.
Y las ventajas son muy numerosas. Desde resolver mejor los conflictos y poder llegar a acuerdos al entender mejor las distintas perspectivas, a poder impulsar un clima inclusivo, que promueva la colaboración.
Además, entender a las personas de tu equipo te permite ofrecer una mejor orientación a cada una para su desarrollo personal y profesional.
Por ejemplo, como líder formal o informal, podrás ayudar a las personas de tu equipo a conocerse, a creer en sus capacidades y oportunidades de desarrollo y a crecer.
Podrás impulsarles para hacer que lleguen a ser las mejores personas que pueden ser.
10. Mejora el potencial de tu negocio
Simon Sinek dijo: “Si no entiendes a las personas, no entiendes de negocios.”
El éxito en las relaciones personales, y también en el liderazgo y los negocios, se basa en comprender a las personas, sean clientes o colaboradores.
Solo cuando comprendemos a las personas (sus necesidades, deseos y motivaciones) podemos tomar decisiones inteligentes y plantear estrategias efectivas para motivarlos o llegar a acuerdos.
Además, la confianza fomenta el compromiso y un ambiente productivo, factores clave para cualquier negocio.
En definitiva, hemos visto 10 ventajas relevantes que vale la pena tener en cuenta.
¿Y cuáles son los peligros de conocer estos Modelos?

Creo interesante advertir de dos peligros que pueden tener estos modelos.
¿Y cuáles son?
- el peligro de construir etiquetas inamovibles y férreas sobre nosotros,
de modo que no nos planteemos cambiar ni mejorar (caer en el “yo soy como soy” o hundirme porque “no puedo hacer nada por cambiar”)
- y el peligro de etiquetar y juzgar a los demás, con una mirada limitadora, olvidando que somos seres en evolución,
sin dar cabida a la posibilidad que tenemos los humanos de tomar acción, superarnos y cambiar.
Ambas son situaciones graves y arriesgadas:
La primera puede llevarnos al inmovilismo, al desencanto o a una autocrítica excesiva (algunos perfiles tenderán más a esta visión autocrítica que otros, más evitativos).
La segunda, a limitar a los demás con una mirada estrecha e inmovilista, restando oportunidades de colaboración y crecimiento, situación gravísima en caso de un líder en cualquier contexto (y muy especialmente cuando hablamos de padres/ madres o docentes con que tratan con niños/as y jóvenes).
La solución para no caer en esos peligros, en mi opinión, está en tomar tres medidas imprescindibles
- Adoptar la llamada “Mentalidad de crecimiento”.
Esto significa creer que nuestras habilidades, inteligencia y talentos pueden desarrollarse a través del esfuerzo, la perseverancia y el aprendizaje. El ser humano se caracteriza por poder aprender y cambiar.
La psicóloga Carol Dweck contrastó la “mentalidad de crecimiento” con el concepto opuesto de la “mentalidad fija” (creer que las capacidades de las personas son estáticas y no pueden cambiar significativamente.)
Desde una Mentalidad de crecimiento, que cuenta con el respaldo de la neurociencia a través del concepto de neuroplasticidad, las personas podemos evolucionar y corregir las tendencias negativas de nuestro perfil, si tomamos consciencia y nos enfocamos al cambio.
2. Asegurar que la identificación con un perfil no sea excluyente, pues significaría limitar el potencial de la persona de crecer y evolucionar a lo largo de la vida.
En ese sentido, el Modelo de los 6 perfiles de personalidad del Análisis Transaccional plantea que los seis perfiles son seis dimensiones de la persona que todos tenemos más o menos desarrolladas y que pueden evolucionar a lo largo de la vida.
De hecho, la armonía del modelo está en encontrar el equilibrio de las tres esferas de la persona: Yo Padre, Yo Adulto y Yo Niño.
El Eneagrama también propone una evolución o viaje de desarrollo a lo largo de la vida. Iría desde nuestro Eneatipo inicial menos sano hasta la sanación, que ocurre precisamente conectando con los rasgos de otro Eneatipo complementario (el 1 sana en el 7, el 2 sana en el 4, el 3 sana en el 6…)
Por tanto, aunque todos partimos de unas áreas naturalmente más fuertes , el ideal sería conocernos, aprovechar nuestros dones e ir desarrollando otras facetas al ir madurando a lo largo de la vida.
3. Desarrollar una mirada apreciativa hacia el otro y hacia nosotros/as mismos/as.
Este concepto ha sido desarrollado amplia y magistralmente por mi querido Álex Rovira. (este link te lleva al vídeo de Aprendemos juntos- BBVA)
La mirada apreciativa es un enfoque de relación con el mundo que se basa en identificar y valorar lo positivo en las personas, las situaciones y los entornos.
Se ha demostrado en numerosas ocasiones la fuerza del “efecto Pigmalión”: el poder que poseen la mirada apreciativa, de confianza, y las expectativas positivas para el florecimiento de la persona mirada.
Esta pauta es aplicable en infinitos contextos: en la educación formal, en la educación de los hijos, en el campo del liderazgo, trabajando en equipo, en psicología y coaching y diría que en casi todas nuestras relaciones interpersonales significativas.
Conclusión

En definitiva, el conocimiento que proporcionan estos Modelos resulta esencial.
Conocer nuestros perfiles preferentes es un magnífico punto de partida para entendernos, crecer y madurar, pero, como hemos visto, han de darse unas condiciones imprescindibles: una mentalidad de crecimiento, perfiles no excluyentes y una mirada apreciativa hacia nosotros mismos y los demás, que facilite que cada persona desarrolle su máximo potencial.
Si aún no lo has hecho, no dudes en adentrarte a conocer alguno de estos Modelos, pues conocerse y aceptarse es el principio para mejorar una misma/o y para alcanzar mejores relaciones con quienes nos rodean.
Eso sí, asegúrate de hacerlo de la mano de personas bien formadas y que cuiden estos aspectos. Lo contrario es un peligro para nosotros y para los demás, como hemos visto.
El conocimiento de los perfiles es además un punto de partida excelente para el desarrollo de las habilidades de comunicación.
- Conocer- aceptar nuestros dones para aportar lo mejor de nosotros a través de nuestra comunicación.
- Conocer- aceptar nuestras debilidades para superarnos.
- Conocer – aceptar a los demás con sus diferencias para conectar con ellos, motivarlos, vender algo o impulsar un cambio!!!
No está mal, ¿verdad? 🙂
¡A por ello!
Me encantará conocer tu opinión acerca del tema si te apetece compartirla.