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Hace unas semanas estuve trabajando con una persona muy profesional y capaz, que tenía el hábito de arrastrar expresiones de relleno como ehhh e yyy en sus presentaciones e intervenciones en público.

Este comportamiento no tiene importancia cuando se produce de forma aislada pero, cuando se repite, llega a hacerse pesado y resta fuerza a los mensajes. Incluso puede reducir la credibilidad de la persona, pues el lenguaje entrecortado hace pensar que está insegura.

Afortunadamente, este error tan frecuente se puede solucionar.

Tuvimos la oportunidad de trabajar algunas sesiones para cambiar esos hábitos verbales y adoptar un lenguaje más firme. El resultado fue magnífico.

Estas expresiones suelen consistir en alargar una vocal independiente (eeeeeehhhhhh…) o dentro de una palabra (buenooooooo) y aparecen en distintas situaciones. Son más frecuentes a la hora de responder a preguntas difíciles, cuando se habla de algo sin preparar, cuando estamos cansados, estresados o poco concentrados… En todos estos momentos cuesta más ir directos a lo que queremos decir.

Te ofrezco las estrategias más útiles que yo recomiendo a mis alumnos para afrontar las causas de las expresiones de relleno y librarse de ellas.

  1. Practica el discurso o presentación en voz alta. Esta es la recomendación primera y básica: preparación. Cuanto mejor conozcamos el mensaje, menos tiempo emplearemos en buscar la palabra correcta.
  2. Graba los ensayos y las presentaciones cuando sea posible. Oírse grabado repitiendo los dichosos rellenos da mucha rabia, pero es el punto de partida ideal para eliminarlos. Con un simple teléfono puedes hacerlo y tal vez te sorprendas.
  3. Valora el silencio como un aliado. Detecta el comienzo de un “eeeh” en las cuerdas vocales y reemplázalo por una pausa, contando mentalmente hasta tres, por ejemplo. 
  4. Estructura o trocea la información. La estructura clara de tu contenido te ayudará a mantener un ritmo con energía. Intercala un silencio tras cada bloque de información, adoptando un ritmo firme: chorro de palabras/ silencio/chorro de palabras/silencio… Enfócate en ese ritmo y los eeehhhs desaparecerán.
  5. Utiliza conectores para enlazar tus ideas de un punto a otro. Sustituye los rellenos por palabras de transición o conectores que darán fuerza y sentido a tu discurso. Conectores de avance como además, también, por otra parte, asimismo; conectores de consecuencia como por lo tanto, por consiguiente… ; transiciones de oposición como sin embargo o por el contrario…; transiciones de enumeración como por una parte, por otra, en primer lugar, en segundo lugar; o transiciones de término como por último, como conclusión… Si practicas con ellas hasta hacerlas tuyas, dejarás de depender de los ehhhs.
  6. Concéntrate y sube la energía. Dado que la falta de concentración es una de las causas de aparición de los rellenos verbales, cuando comiences tu intervención, asegúrate de concentrarte y adoptar un tono de voz implicado y activo. Colócate en modo “presentador on”. Si tienes otras preocupaciones en la cabeza, anótalas para no olvidarlas y enfocarte en ellas después.
  7. Consigue que un amigo en tu público te avise. Pídele a algún amigo que asista a la presentación, o mejor aún a los ensayos, y te avise con un gesto si usas los rellenos.

Sobre todo practica y disfruta con tu discurso. Trabajar y superar este hábito significará un antes y un después en tu comunicación. Tanto como pasar del aburrimiento a la motivación, del cansancio al ánimo, de la desgana a la movilización.

Mi cliente me contó que después de mejorar en este aspecto, se sentía mucho más fuerte y segura en cualquier reunión o presentación y que le estaba reportando muy buenos resultados profesionales.

No lo dejes. A por ello!

 

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